Hace unas noches estaba en una de esas mágicas
conversaciones de inverosímiles condiciones. De esas en las que suelen sacarse
puntos de reflexión potentes. Ahí fue cuando hice una relación de ideas que
hasta a mí mismo me dejó asombrado.
En ella acuñé el término “psico contenido” referencia al
cómo hoy se distribuye la información por una parte del ente estatal y por otra
el privado.
Psico contenido es aquel contenido persuasivo que tiene por
fin conseguir una modificación de consciencias y valores en las personas. En el
mundo actual la publicidad es una gran representante de esto, pero no la única.
Antonio Gramsci es un filósofo italiano que me impactó mucho
en algún momento de mi vida. Para él, hace poco menos de un siglo atrás, el
mundo se estaba volviendo alienante gracias al sistema económico de libre
mercado y las post consecuencias de la Revolución Industrial.
Para Gramsci, el sistema formaba gorilas básicos y prácticos
para mantenerlos controlados por el statu quo y en orden. El autor no veía la
revolución que vivimos contemporáneamente llamada la Revolución de la
Información, en la cual el conocimiento se hace accesible a todos.
Juntemos la posición de Gramsci con el “psico contenido”. La
hegemonía existe desde de siempre y es el mecanismo por el cual los dogmas
consiguen perpetuarse en esferas de poder y control. Por ejemplo, el Opus Dei.
Una forma potente para este pensamiento de mantenerse vigente es por medio de
la educación. Entonces sus fieles construyen espectaculares colegios y
universidades que obligan a sus alumnos en esa forma de vivir la religiosidad.
Pero es una obligación persuasiva, oscura. A los niños los instruyen para que
vean como ellos desde que comienzan sus primeras decisiones y así, cuando son
capaces de armarse su propia cosmovisión ya están preparados –entrenados- para
seguir las prácticas que han visto y practicado desde que nacieron.

Entonces este psico contenido no cumple las mismas reglas
que el contenido corriente. El psico
contenido es repetitivo, es multi plataforma y multi canal y muy importante, es
siempre referencial a nuestra pirámide de necesidades.
Así, este psico contenido no es controlado, sino más bien es
una ola abrasiva, que crece por propias sugestiones y que consigue adeptos según
intereses.