9/29/2016

En la escalera del metro

Debe tener unos veintiuno. Se veía melancólica. Usaba unos short cortos veraniegos, solo una tonalidad más oscuros que su piel, irradiante de brillo natural, provocaba intuir la libertad en su relato.
En sus brazos, delicada piel lisa, acurrucaba un cachorro pequeño, un bebe en formación, de no más que unas pocas semanas, sus patas inocentes se apoyaban sobre la curva suave de la joven. Ella masajeaba con sus dedos, despistada.
Subí la escalera y fue lo primero que vi.
Luego de reojo lo alcancé a el. Apenas dos pasos a la izquierda de la joven se afirmaba resbaloso en el circulo de metal falso de la baranda. Su expresión era de una extrema idiotez. La boca semi abierta, los ojos dubitativos, las mejillas chupadas y temblorosas. Una burla de ser humano.
Aparentaba disimulo. Lo hacía muy mal. Era notorio. El contraste me maravilló.

9/07/2016

Gracias

Hace una semana hice un poco de ruido y recibí comentarios de todo tipo; buenos, malos, lindos y feos. Hace un par de días, embestido por una lectura emotiva encadenada a varios de los comentarios y reflexiones, es que esta vez, me dedico solo agradecer.

Solemos agradecer para el día de…, para los cumpleaños, santos y cuanta fecha “especial” existe o se inventa, sin embargo, pienso que es insuficiente.

¿Cuándo uno le agradece a un amigo? ¿O a un desconocido? ¿A los hermanos? ¿Una sonrisa? ¿Un gesto o una mirada?

Me voy a remontar desde la familia. Cómo no agradecer a mis abuelos. A la Yaya y al Tata, la pareja de ancianos más hermosa que he visto. Él me hacía reír, me enseño voluntad social, manualidades, técnicas, materiales y disciplinas varias. Mi Tata era de esos únicos e irrepetibles que inundaban con una sonrisa cualquier ambiente. Un deleite de la bondad y de esa generosidad altruista. Mi Yaya es de esas Mater familia. Me acuerdo llegar al límite de cuestionarme si era correcto o no presentarle una polola –por las repercusiones, la lengua de la señora es brava-. La Yaya es una mujer que nunca comprendí de pequeño –nos retaba cuando los nietos abríamos el refri- pero que de mayor me hizo entender el mundo y su variado laberinto de diversidad. 

Ellos dos, con otros, germinaron a mis dos padres. Él un hombre esforzado, correcto. Es de esos de cuerpo y alma, hombres que dejan huella por la simple razón de que transitan entregándose por entero, sacrificando muchos de sus propios deseos, para mí, nada más valioso en la vida. Mi viejo es sencillo, con una mente inquieta -acompañado de un potente temperamento, que para bien, me ha ahorrado muchos miedos-. Mi padre, hijo de la Yaya, se terminó casando con la hija del Tata. Así no más. Ella –mi madre- es otra que responde a esa entrega sin barreras. Más emocional y de tacto, mi madre es una mujer que aprendió de la vida. Abierta al diálogo, a la tolerancia, a la paciencia. Tendría que hacer una inmensa lista para nombrar sus cualidades. Yo me quedo con esa lección de autenticidad de ser quien tú eres, como sea y donde sea. En ella, su esencia es su escudo.

Mis hermanos, dos y dos, son todos cual más diferente que el otro. De Chompy aprendo a diario esa capacidad de levantarse y tomarse las cosas con un humor irreverente. Del Trucker ese apoyo sin preguntas –bueno, con algunas ya que el cabro es medio curioso- y aprendí de él algo que yo no he vuelto a ver; dar a pesar del golpe. Con las mujeres es distinto –la Vic y la Tere-, las veo menores y en aprendizaje. Ellas representan otro tipo de enseñanzas, de esas cotidianas que vienen de otro género, que te sorprende. Eso, te abre los canales.

Hubo muchísima gente que agradecer entre todos estos años pasados. En mi memoria hay algunas mujeres que me han acompañado, tengo varias nanas muy queridas de mi infancia, cada una con lo suyo. Profesores dispuestos, compañeros ejemplares, anónimos de los que nunca supe sus nombres, solo lo que me dejaron. Jefes de calidad y algunos no tanto. Mis primos y tíos, una bomba de mucho. Amor entre lágrimas, fuertes reconciliaciones, tragedias y maravillas -particularmente esas cositas chicas que trae la cigüeña. Nunca he encontrado a los bebes lindos, pero puta madre que son tiernos- y además, puta madre que enseñan las guaguas y los niños chicos, son como docentes de la vida, ellos tienen el manual y los adultos se lo arrebatamos.

Me remonto hasta unos 4 años atrás. Yo tenía una inquietud que me carcomía. Me daban cucos cuando imaginaba vivir 2 años fuera. El proceso de decisión fue largo y torrentoso como altamar. Tres personas fueron vitales en mí partir: Chele, La Pita y mi estimado Chino. Ellos, como una posta atlética, me dieron coraje en su minuto cuando me faltaban algunos ml para llenar el vaso.
Allá aprendí cada día. Agradezco a la Kate que me recibió al llegar, a Paul el navegante que me demostró que no hay límites –es un sordomudo mágico que se dedica a navegar alrededor de Australia con la tufeta más fuerte que haya sentido en mi vida-, a Tomás Schlack que me sacó a pasear recién llegado, a la Carla, al Jose y al Mati que apañaron en Griffith, incluso al Cesar –un huevón extremo-. 

Luego vino Sydney, agradezco a Maack por acogerme en su hogar y poner siempre el otro cachete –sí, el del poto, es que es ateo- al Chago y a Carlitros que me ayudaron a establecerme con pegas dándome jornadas de tips; a la Poly, a Tania y a Melina que me confirmaron –antes que deduzas, lee: c-o- n-f-i-r-m-a-r-o-n- que la alta belleza no es por inercia tonta ni inherentemente superficial y a Milena le agradezco con cariño por regocijarme con su carácter jovial y su juventud.

Al Paul, al Scottie, al Stu, “La Tríada de la Locura” como los nominé, por ser tan claros en que hay estupideces muy malas que no vale la pena hacer y experiencias que es mejor evadir–ellos son el mejor ejemplo-. A Andy y a Vicky que me demostraron amor puro desinteresado –principalmente aprendí el concepto, la idea, de que esas personas existen en el mundo, están ahí-, y a Maggie, mi última jefa, tan grande como ella misma, dispuesta a repatriarme aún bajo su propio bolsillo.

Me costó llegar. Pude gracias a los amigos; el Bullo, El Seba, Pewe, Wholio, Luco, Benur, el Yene, el Memo, el Pipe, Andrés, la Verito, el Gonzo, el Coke, la Andrea, Julián. Cada uno a su forma me ayudó a levantarme. Menciono de nuevo a Chele por hacer comentarios tan incisivos cada vez y con ello lograr dejarme sin palabras. Lo agradezco porque es un mérito y es exclusivo de aquel chimpancé superdotado.

Finalmente agradecer a todos esos anónimos que quizás no les vi ni la cara, a todas esas personas que invisiblemente hacen posible que esto gire, a esos desconocidos dignos de fábula dispuestos a tender una mano sin juicio detrás, tal como mi estimado Claudio el sábado negro aquel.

También le agradezco a las plantas –que bueno, por mi bien, que existen-, a los árboles que me dejan atónito con sus texturas y formas y a los animales por sus comportamientos salvajes llenos de sublimes principios de la humanidad. Y no puedo olvidar agradecer a los autores que he leído que han desbordado mi cabeza de conocimiento y pensamiento más allá de lo evidente.


Y te agradezco a ti y te digo: antes de comentar reflexiona sobre las consecuencias. Me queda aún caleta de mucha imaginación y tonterías para llenar varias páginas más. Comenzó una nueva etapa. Gracias, tú.

9/05/2016

Evolución OK 28

Tengo una teoría sobre la evolución de las personas.

Cuando viajé, tuve que compartir, tanto por obligación como voluntariamente, con mucha gente de diferentes edades y culturas, razas e intereses.

Si bien yo ya venía moldeando este pensamiento, por allá en Australia se confirmó.
La cosa es la siguiente, aunque en psicología no hay definiciones respecto a esto, alrededor de los 28 años en toda persona occidental (principalmente los hombres) comienza una nueva etapa evolutiva en sus vidas.



Hay, luego de la pubertad -que no tiene en realidad fecha de término-, una post pubertad. Por mucho que los jóvenes desde los 21 hasta los 28 años pueden ser activos en la sociedad e incluso actores protagonistas en la misma, es desde esa última edad en adelante cuando cambian las perspectivas, los enfoques, las maneras.

Me refiero a que por ejemplo, puede haber un joven de 25 años brillante, muy instruido, con una relación de pareja estable y una posición general muy cómoda. Es hasta los pre 30 cuando el joven comienza a entender sus decisiones y como potenciarlas, es la edad en la que ve con otros ojos los desafíos, donde la inteligencia emocional se vuelve necesaria, donde se ve envuelto en los problemas espirituales más profundos.

Las mujeres también responden a este paradigma, aunque son más alternativas. Por el tema de la maternidad y otras condiciones de género, las mujeres se toman el proceso con mayor libertad. Las tendencias indican que ellas adelantan este proceso inconscientemente, porque a los “30” ya se sienten viejas.


Esta teoría se podría comparar y complementar con definiciones formales de la edad, en especial -o el que tengo más identificado- es el de las visas internacionales, procesos en el que el período de edad desde los 28 años hasta los 31 es clave para prácticamente todos los países.

Welcome to Chilito

No sé si yo soy muy especial o no. O hago demasiada tontera o que. No sé. Me encantaría encontrar una explicación.

Muchos dicen que yo soy demasiado crítico, negativo. Y los soy, pero es que ¿la gente es imbécil? Me cuesta creer como viví en #Chile antes y me cuesta visualizar como me quedaré, a pesar del motivador proyecto en el que estoy involucrado ahora.

Hace un año y medio volví a #Chile. Me fui a vivir Puerto Varas para amenizar el cambio. Trabajé en el Diario El Llanquihue allá y ahí perdí todo lo que me quedaba de vocación periodística.

Me vine a santiago solo con mochila al hombro. Si no es por los amigos y ciertos familiares no sobrevivo, pero ahí estaban. A duras penas me levanto, de a poco, sin caridad, a puro esfuerzo.

Recién llegado a la capital me robaron el cel que tenía. Un lanza, a las 10 pm en la Alameda. Fui a #Carabineros que hay en Plaza Italia y prácticamente se rieron en mi cara, la expresión de los pacos era: “bienvenido al club”.

Poco tiempo después nos roban en la casa. Nos estábamos acomodando, una casa que tomamos prácticamente abandonada, puros sobrevivientes, nos hicieron mierda.

Alguien me contrató para su productora, yo lo tomé para probar nuevos caminos pero fue un tormento, hasta me terminó cagando con plata el jefe -un tipo que es capaz de ponerse a llorar en plenas discusiones corporativas-, un payaso engrupidor.

Uno de esos días me robaron nuevamente. Estoy seguro que fue por medio de drogas, a pesar de las burlas de muchos y del típico mensaje conservador de otros. Me robaron todo.
Surgió la posibilidad de trabajar en un bar. Yo sueño con tener mi restaurante y me pareció una buena opción a pesar del pago miserable y el horario invivible. Trabajé ahí con buena voluntad por meses. Cuando acordamos la salida –yo ya no daba más- se demoraron 2 meses en pagarme lo debido hasta que fui al local con una actitud de acá no me voy sin mi plata.

Una noche, en el bar, entraron dos flaites. Uno pistola en mano y otro con un garrote de más de un metro. Repito que incluso entraron al local. Una semana antes unos delincuentes habían intentado hacerle un portonazo a uno de mis housemate.

El periodo anterior, desde mí llegada a #Chile, lo transité con una depresión exógena –según lo que investigué, puedo equivocarme-. Eso significa mal carácter, sin ánimo ni energía y muchas de tus características más negativas potenciadas y tus cualidades casi suprimidas. Esa ya es una lucha personal.

Hasta hace un mes más o menos. Sentí el cambio, ese proceso había terminado, salí del hoyo y desde entonces estoy con la flecha pa’ arriba.

A pesar de eso, del cambio energético experimentado, el sábado me volvieron a asaltar. 4to celular en un año, $500.000 aprox. en total, solo en celulares. Fue en la Alameda. Hubo choque, persecución y quedé un poco herido. Un buen cabro me salvó, alojé en su depa.

El domingo apenas me podía mover. El  martes me organicé para ir a hacer los trámites.
Me junté primero con el vendedor de un nuevo cel, uno ultra barato para salvar. Revisé el aparato y lo aprobé, pero sin el chip y otras condiciones no podía medir realmente cómo funcionaría.

Fui a #WOM. Una hora y media en cola, sin exagerar. Y entre medio el jefe de la sucursal –que andaba puro dando vueltas- atiende preferencialmente a un amigo suyo (se saludaron de abrazo, fue notorio). Pude comprar el chip, pero a pesar de las promesas hicieron mal la pega y el dispositivo quedó igual inahibilitado, sigue así.

#Líder me llama 8 veces al día para que pague la tarjeta. Fui dos veces a pagarla a caja este mes. En ambas me fui porque había una cola enorme. También llevo 2 semanas con varios intentos para pagarla en línea, pero su plataforma es una verdadera basura y funciona por milagro.

Hace 2 a 3 semanas atrás hubo un corte de luz generalizado. Cero capacidad de #Chilectra de comunicar que pasaba y menos tener la deferencia de decir la hora de reposición. Al final fueron 3 horas, sin aviso previo y sin respuesta de la empresa. Es escandaloso, apenas uno se atrasa están encima como felinos del dinero.

Yo uso internet #GTDManquehue en la casa. Como una semana antes del corte ya había bajado notoriamente la calidad del servicio. Después del corte, se hizo insoportable. He perdido horas –ya no minutos- llamando a los idiotas.

Hoy mismo quería resolver esos tres problemas que me tenían cabreado. Y a eso se suma el problema del cel comprado. Dicen que lo barato cuesta caro. El cel tiene pantalla quemada (que se ve en ciertos ángulos y aplicaciones), la batería cagada (con esos típicos saltos porcentuales de aviso) y lo peor de todo, el puerto de carga está destruido y hay que hacer con una presión molesta y cacharle con sutileza una posición clave. Un culazo de aquellos.

Intenté pagar online lo de #Líder y nada. Les escribo en Facebook y en Twitter, menos mal en esta última respondieron aunque tras harto rato, pude hacer funcionar el sistema y pagar.

En paralelo ya llevaba varias llamadas a #GTD. Tras que me colgara un ejecutivo –lo mandé a buscar a su supervisor, sin aceptar su discurso pauteado- finalmente me recontactaron, esta vez, con la persona a cargo al auricular. Me impresiona como los ejecutivos call center ya ni parecen personas, ese trabajo hace que pierdas tu humanidad. 

El supervisor se presentó de entrada, tenía otro tono y disposición, entendió mi postura sin peros ni chanterías y quedó de mandarme un técnico. Hoy perdí al menos una hora solo con ellos.

#WOM ya fue escandaloso. Tienen un Twitter de ayuda que no funciona desde mayo. Les escribí al Twitter normal. Les mandé 5 tuits, sin respuesta. 5 posteos en Facebook, sin respuesta. Ok, <> pensé. El menú evita que hables con un ejecutivo y no hay nada en línea que te indique ese nivel de contacto (ni foros, ni blogs, ni redes sociales). Partí primero con la opción que yo necesitaba: servicio técnico internet, pero no, la grabadora del menú termina y no hay opción de hablar con una persona. Tras unos 20 minutos y varias navegaciones en el menú descubrí una opción donde al final te permiten hablar con un ejecutivo. Les arruino la sorpresa: la alternativa es del ÁREA VENTAS. 

Bueno, que ya me estaban trasmitiendo y me sacan una sonrisa, pero de nuevo, 20 minutos hasta que alguien contestó. Resolvió el problema o lo identificó, pero ahora han pasado 2 horas y aún nada para algo que se suponía inmediato. Además le pedí dejar constancia del reclamo, pero para eso hay que llamar a otro call center. ¿Es broma?
A todo esto, aún después de pagar me siguen llamando de #Lider. Ellos llaman de números fantasmas, imposible bloquearlos.

Y terminó el día y no pude hacer ninguna puta mierda de lo que debería haber hecho.

Se respondió:

Este posteo es una respuesta al anterior: “Welcome to Chilito”. Les respondería a cada uno individual, pero me di cuenta de una mejor fórmula. Hubo mucha gente que respondió al posteo: en Facebook, en Twitter, Whatsup, llamadas y mails. Yo no me pude quedar indiferente a todo ello.

Primero agradezco de mente, espíritu y corazón a los que leyeron –cuesta mucho que la gente lea-, a los que les generó impacto indiferente al motivo, a los que me quieren y se dieron tiempo de pensar en mí.

Me sorprende como de forma automática –o en mi cabeza- se generó de inmediato una clara clasificación del tipo de mensaje enviado y desde que postura-perspectiva venía la respuesta.

Son 4 grupos: Los viajeros, los que se elevan en sabiduría moral, los que comprendieron el fin último del relato y los cercanos que exageran en profundidad y un poco de sentimientos.

Los viajeros ven lo escrito como un ejemplo de la crisis en Chile y el versus cómo se manejan las cosas en otros lugares del mundo. Ellos entienden el concepto planteado de depresión exógena al regeresar, porque la llegada después de viajar harto tiempo es compleja y afecta directamente en la vida de los repatriados. Muchos, no pueden reinstalarse y parten de nuevo afuera.

Los que se elevan en sabiduría moral que ven el tema como algo cuántico. Y aunque no descarto que haya explicaciones por ese camino, yo he recorrido varias de sus avenidas. 

Como que ellos no leyeron -o no  entendieron-  la parte de la flecha pa’ arriba y el cambio energético. Tampoco asimilan que se cuentan datos concretos que son parte de una realidad que TODOS vivimos; como la mala atención de los servicios en general, la crisis institucional en Chile con políticos, uniformados y empresarios recurrentes en tribunales, que millones de personas han salido a las calles a manifestarse por distintos temas este año, que las discusiones en todas las materias están fuera de foco o el paupérrimo escenario chileno en salud, educación y seguridad, entre mucho más. Ellos  se limitaron a la idea de que no importa lo que te pasa, sino como reaccionas a ello. Y eso yo lo sé.

Los que comprendieron lo que leyeron. Yo no estoy en depre, ni nunca he sido ni medianamente depresivo. Ellos entendieron que lo cuento son circunstancias, que es un relato a un período donde simplemente se detalla que pasó y como viví eso más cómo una incomodidad presente, latente.

Y los cercanos, que leyeron mis palabras como si fuera una carta de suicido o algo por el estilo, un pedido de ayuda. No deseo ser ingrato con ellos. Me emociona su afecto y entrega.


Para mí la cosa es más sencilla y no me voy a cansar de repetirlo. Somos compatriotas en un país que está terriblemente mal configurado y todos debemos por obligación ser actores de cambio, revelarnos, hacer lo que esté a nuestro alcance para conseguir ese equilibrio que merece nuestro país, nuestra gente. Lo otro es pasividad y actitud Poncio Pilatos. A ellos, les pido que vean y se rían con la película Idiocracy, porque nosotros vamos directo a eso y quizás solo viendo con humor esta situación entiendan la real profundidad del problema.