3/23/2010

No es una figura, es una idea

Ella sobresale de una manera compleja. No es la rubia estilizada que entra en la habitación y haces de luces se posan en sus facciones y en su caminar. No, es distinto. Ella, es diferente. Su andar es sencillo e infantil. No sabe que vendrá, pero si que el paso lo dará. No así su mirada. Traviesa, inquieta. Siempre dispuesta con un halo de misterio y de pensamientos internos navegantes no comunicados. Con ingenuidad se deja admirar y en el intertanto ella observa y entiende la atención recibida. La desea. Sus labios la acompañan casi sin quererlo. Nadie les preguntó. Son de aquellos que con la imaginación se tocan. Son de esos en los que cada relieve potencia la sensualidad que parte con su color natural, más intenso, más vivo. Se toca y masajea pequeñas arrugas labiales. Son de curvas definidas con un perímetro exquisito, únicos.
Tiene actitud. Como dije no es la que entra y los flashes se posan en ella, es la que entra y desapercibida llega al rincón y como un trofeo se consolida. Va más allá. Derriba los estándares. Bota barreras. Es idealista. Una buscadora de su camino y ése debe ser –sin claridad lo afirmo- su mayor atractivo.
Ella se toca. A momentos. Rosan sus dedos su piel. Sus yemas en sus poros. Siente, se atiende. No lleva accesorios que desorienten. La vista fija en su cuerpo. No es una figura, es una idea. El color del sabor. El sabor máximo. En cada detalle. Imágenes. Como posa su mano floja sobre su estómago mientras disfruta recostada tranquila. No es el clavel clishé, es la flor maravillosa que todos quieren en su jardín. Ver, oler.
Ella canta. Con todo el afrodisíaco que conlleva una fémina de potencia vocal. Es como si la virtud le quedara chica. Ella es más que su hermoso cantar. Su voz escapa de control. Cuando lo hace agita sus manos y se ve la intención en sus movimientos. Su vista perdida y concentrada que hace como si no importara pero que sabe.
Ella, definitivo, sabe. Gira las piernas una sobre otra lentamente. Sin insinuar. Sin mostrar. El más coqueto de los comportamientos. Exponer su belleza en la casualidad.
Y por naturaleza ella antepone lo que es por sobre lo que se ve…de esas quedan pocas.