Estaba yo haciendo un
curso de marketing digital en Foxize cuando en una conferencia grabada desde
España le escuché a Mar Abad, emprendedora fundadora de Yorokobu un concepto
del que estoy en completo acuerdo, pero que con el que por el contrario varias
veces he recibido contraposiciones.
Ella habla de las
condiciones y cómo empezó destacando como
un pilar fundamental en el proceso la ayuda de familiares o amigos para tener
acceso a servicios profesionales que sumando producen un alto costo.
Ella define estas
ayudas como la Economía del Cariño. Si tienes un amigo fotógrafo te puede hacer
las fotos o un amigo que edite te puede ayudar con los textos. Fácil y simple.
Yo, en lo personal, cuando
estaba iniciando una empresa y hasta hoy me inquieta mucho que solicitas ayudas
que necesito para mi emprendimiento en materias como diseño y recuerdo una
constante respuesta opuesta a mis intereses.
Esto es, amigos
profesionales que no estaban dispuestos a sacrificar un poco de su tiempo en
ayudar y eventualmente cooperar con un emprendimiento de un amigo. Los
argumentos se repetían: “debes valorar tu trabajo y cobrar por él”.
Muchas veces, buscando
más opiniones pregunté a compañeros laborales, o personas con más experiencia o
recorrido y casi todos replicaban lo mismo: “no trabajo gratis, ni a un amigo”.
Una falta de solidaridad
que me impresiona en un país de pymes. En un círculo tanto laboral como de
amigos de emprendedores y sin embargo, prestar ayuda parece ser en el
inconsciente colectivo una acción no recomendable.
Me parece una absoluta
contradicción de principios y nula empatía laboral en un contexto que, para la
gran mayoría es espacio común: partir con limitados y escasos recursos, tanto
económicos como de conocimiento.
Esto me lleva a otro
concepto diferenciador de la idiosincrasia de los chilenos. Somos tremendamente
generosos, pero para nada solidarios. Esta diferenciación no es menor. Un país
que ante tragedias tiene una ciudadanía comprometida que responde, pero que en
el día a día todos pujan, olvidando consecuencias, por lo suyo, su espacio, sus
utilidades.
Otra más de una
sociedad educada y desarrollada en base al frío sistema capitalista. En el que
utilidad y egoísmo parecen ser sus términos identificadores.