Son también de esos con un sentido de comunidad,
como ese doble cinco con amplia visión de campo, siempre dispuesto a compartir
el balón, incluso a ceder el gol, porque no le importa la fama, le importan los
valores.
Así, por lo
común con una sonrisa, Tomás deja la estampa de un hombre que ha sabido ser el
mismo: se come su profesión con método y pasión, supera la tristeza con acción
y deporte, sueña y cree y visualiza como ninguno.
Él juega la vida
con esa camiseta puesta, desafíos y adversidad incluidos, es un amigo que
sacrifica su bienestar por el tuyo –eso lo hemos visto por años-. Es uno de
esos amigos de entrega espontanea, solidario para estar cuando otros evaden. Un
enorme y valioso recurso en la fraternidad.
Un líder único en su especie; energético, constructivo, motivador.
Tomás inunda el entorno y con su voluntad por delante –de eso estamos muchos agradecidos- consigue habilitar el espacio con sus propias cualidades.
La logística es
su tema, él organiza los ambientes con ese acelerado relajo que le es tan
propio; el asado, el alojamiento, provisiones y alimentos, los arreglos y
detalles. Sin él, solemos fallar en algo.
Con los amigos
se ganó varios títulos de nobleza, el que más me gusta en lo personal es “el
trasero más duro del condado”, aunque varias más.
Hace un tiempo que se ve bien y es en ese estado de máximo esplendor, en pleno camino a la gloria fue cuando la conoció.
Yo, con lo que
sé, me gustaría comentar y dedicarle a la Coti una sabia pequeña frase que le
escuché a mis viejas mujeres –a mi parecer sabia, pero un poco machista-: la
mujer, como compañera, debe potenciar tus virtudes y minimizar tus debilidades.
Si no, no es la mujer para ti. La que se complementa a otra gran cita de mi
cosecha: detrás de todo gran hombre hay una gran mujer.
En este caso esos
principios se notan, estoy seguro; mi amigo hoy es lo mejor de sí mismo; su
mejor versión; mino, tranquilo, potente, bueno, en verdad sobretodo mino. Pero
lo más importante, es que tiene el control en su poder y eso, eso es invaluable.
Además tiene un gran pilar que lo sostiene y que
ha dominado su vida: saber que con esfuerzo el límite es un abstracto.
Un beso Tomacho, la barra te ama y lo seguirá
haciendo, ¡¡¡felicidades juntos los dos!!!